La última vez que se vieron las caras fue en la plaza Masséna de Niza, cuando subieron, los tres, al podio del Tour de Francia. Después se dijeron “Hasta la próxima” y separaron sus caminos. Cada uno eligió su preparación y su programa para el 2025. No se han vuelto a juntar hasta este domingo, a cuatro semanas para el Tour, en la salida de un Criterium del Dauphiné que tiene a todo el ciclismo expectante.
Expectante por comprobar de lo que es capaz Tadej Pogacar, ganador esta primavera en Lieja, la Flecha Valona, el Tour de Flandes y Strade Bianche, en una carrera que nunca ha ganado. Solo ha corrido una vez, en el 2020, y fue cuarto… antes de ganar su primer Tour.
Atento para ver de nuevo a Jonas Vingegaard, inédito desde que no tomase la salida en la sexta etapa de la París-Niza. No se pone un dorsal desde el 13 de marzo. Lo volverá a hacer casi tres meses después de la caída y la conmoción cerebral que le obligaron a abandonar.
Curioso para seguir las evoluciones de Remco Evenepoel, que tras su accidente al chocar con una furgoneta el pasado diciembre, tuvo que empezar tardísimo el curso (a mediados de mayo) y al que la Vuelta a Suiza le llegó corto de forma.
Los tres aspirantes a llevar el maillot amarillo a París se examinan en el Dauphiné. “Es casi un Tour, por la dureza de las montañas (las tres últimas jornadas terminan en alto), la contrarreloj (17 km el miércoles) y los ciclistas de la general”, definió Pogacar, que atendió a los medios por videoconferencia con su habitual aire desenfadado, gorra hacia atrás y con su Colnago al fondo, contra la pared.
El campeón del mundo sabe, porque le pasa en todas las pruebas que disputa, que será escrutado hasta el más mínimo detalle, casi obligado a ganar lo todo. “Toda la presión es para mí. Voy a intentar a ganar, me gustaría. Pero muchas veces hemos visto que el Dauphiné no exactamente el indicador de dónde vas a acabar en el Tour. No tengo por qué ganar aquí”, se sacudió un poco esa vitola.
Sobre todo porque este año solo ha corrido clásicas de un día y su única carrera por etapas fue el UAE Tour, que venció. “Para mí también será una especie de prueba porque no he corrido una carrera de siete días desde el UAE Tour en febrero, que es una prueba totalmente distinta”, dice, porque suele haber muchos días llanos.
Pero el esloveno, de 25 años, se muestra confiado tras sus entrenamientos en Sierra Nevada. “Los números son buenos, como los fueron en febrero y en abril. Ahora toca darle velocidad a las piernas”, apunta. Es decir, que no descarta ampliar su palmarés de 95 victorias.
El propio Pogacar ite que él también siente un poco de cosquillas por volver a enfrentarse a Vingegaard, su gran rival, al que supera por tres Tours a dos. “Tengo muchas ganas. Jonas parece en buena forma, por lo que he visto. Podemos esperar que tendrá un buen rendimiento en el Tour. Así que espero una gran batalla con él, pero tengo que fijarme en él, también hay otros como Remco”, les lanzó el guante. El Dauphiné es el primer asalto entre los tres.